7. DIAGNÓSTICO FINAL:
Fractura-aplastamiento de D7 postraumática con impronta del muro posterior sobre el canal
8. DISCUSIÓN DEL CASO
Lo primero que realizamos es un TC de la columna para aclarar dudas sobre la fractura. Es cierto que con la radiografía simple se pudo ver una fractura vertebral de la D7, pero con el TC podríamos ver otras alteraciones óseas como es la afectación del cuerpo vertebral y del pedículo. También nos sirve para determinar la extensión de la fractura y si esta es única, ya que en la radiografía simple podemos haber pasado por alto otras alteraciones óseas que podían identificarse perfectamente con TC.
Debido a que el paciente no refiere clínica de lesión medular, no haremos RMN como primera opción, ya que nos interesa más el daño óseo causado. La gammagrafía ósea tampoco suele estar indicada, ya que las fracturas recientes suelen ser siempre hipercaptantes, con independencia de su etiología. Aunque puede ayudar a determinar la presencia tumoral si sospechamos que la lesión puede ser de origen metastásico, aunque no sería este caso porque el paciente sufrió un traumatismo.
Tras la realización del TC de columna y generar una reconstrucción multiplanar, podemos observar perfectamente la fractura aplastamiento de D7 con imagen de aire en su interior, y además podemos ver en el ángulo posteroinferior que impronta levemente sobre el canal. Buscamos más alteraciones como masas tumorales, abscesos, presencia de osteoporosis que haya facilitado la rotura vertebral o algún otro tipo de roturas que hayan pasado desapercibidas, pero no encontramos nada. El hallazgo de interés el cual nos hará pedir pruebas complementarias es la impronta sobre el canal medular, que podría estar generando la compresión de este, afectando a los nervios y pudiendo dar alteraciones nerviosas.
La exploración por TC de la columna vertebral no muestra con consistencia detalles suficientes para evaluar adecuadamente la médula espinal. Para saber si la fractura es estable o inestable y si hay compresión de la médula ósea, se realiza una RM sin contraste. La RM es la mejor prueba de imagen para visualizar el canal medular. No es necesario el contraste ya que el LCR va a ser hiperintenso en T2 y nos va a permitir ver posibles lesiones en el canal medular; nos permite por lo tanto un estudio cuantitativo y cualitativo de la composición de la médula.
Tras realizar la RM, nos interesa principalmente T2 y STIR, donde veremos el LCR hiperintenso; en las imágenes generadas podemos ver la fractura somática ya conocida de D7. Además, vemos una pérdida de altura con predominio anterior de un 30-40% con leve retropulsión del muro posterior, que condiciona una obliteración parcial del canal medular, aunque sin contacto evidente con la médula espinal.
En las secuencias STIR (permite detectar lesiones agudas que podrán ser detectadas al eliminar la alta señal del tejido adiposo adyacente a las lesiones) no se muestran hiperseñales que sugieran mielopatía aguda.
Teniendo en cuenta los hallazgos de la RM sobre la ausencia de signos de mielopatía agua y que no presenta clínica de alteraciones sensitivas ni motoras, podemos descartar en un primer momento un daño medular.
En cuanto al diagnóstico diferencias, se realiza entre una fractura osteoporótica, espondilosis y una fractura maligna de origen neoplásico. La realización de TC y RM como pruebas de imagen, además de la ausencia de información de patología ósea previa, nos permite establecer un diagnóstico más preciso.
Descartamos la fractura neoplásica porque no se objetiva más allá del foco de fractura alteraciones de origen osteoclástico ni osteoblástico que nos orienten a un proceso de origen tumoral. Con respecto a la espondilosis, no encontramos signos de actividad propios de esta, ni hipercalcificaciones uniendo cuerpos vertebrales ni sindesmofitos.
Por último, para descartar la osteoporosis, el TC no es la mejor técnica para el diagnóstico de esta, puesto que se suele observar en una densitometría ósea, pero sí que podríamos encontrar signos de una menor densidad mineral ósea.
Por lo tanto, descartando estas patologías, podemos afirmar el diagnostico de fractura benigna con aplastamiento de D7 con impronta del muro posterior sobre el canal, sin alteración medular.