6. DIAGNÓSTICO FINAL
7. Diagnóstico final: Infarto renal en pielonefritis aguda
DISCUSIÓN
ECOGRAFÍA RENAL
La ecografía renal es una prueba de imagen no invasiva y sin radiación que se utiliza para evaluar la morfología, la estructura y la vascularización de los riñones. Es útil en muchas condiciones clínicas, incluidas infecciones urinarias, cálculos renales, insuficiencia renal y enfermedades vasculares.
En particular, en este caso clínico, dada la sintomatología, una de las principales sospechas clínicas es un accidente isquémico renal y la ecografía renal es una prueba de imagen rápida, de fácil acceso y de bajo coste. Además, permite la evaluación en tiempo real y se realiza con el paciente en cama, por lo que no suele producir molestias.
La ecografía convencional por sí sola no es muy sensible para diagnosticar el infarto renal, pero puede proporcionar pistas útiles, especialmente cuando se combina con el Doppler color. Y todo esto es muy importante en las etapas iniciales de la evaluación, antes de pasar a pruebas más específicas.
Podemos observar alteraciones ecoestructurales del parénquima renal, pero el área isquémica puede parecer normal en las primeras horas.
Después de 24-48 horas, puede volverse hipoecoico (más oscuro) o hiperecoico (más claro) en comparación con el parénquima sano, dependiendo del estadio del infarto.
Se puede encontrar pérdida de diferenciación corticomedular. La diferenciación corticomedular (DCM) es el contraste ecográfico entre la corteza renal (normalmente hipoecoica en comparación con el hígado) y la médula (aún más hipoecoica). Cuando esta diferenciación se pierde o se reduce, significa que el riñón está afectado por una patología que altera su estructura y función.
Si el infarto afecta una porción significativa del riñón, puede ocurrir un aumento modesto del volumen debido al edema reactivo.
Utilizando la ecografía Doppler puede observarse un flujo sanguíneo reducido o ausente al área infartada, esta área mostrará una marcada reducción o ausencia de la señal Doppler en comparación con el tejido sano circundante.
También podríamos encontrar trombosis en los vasos afectados. Si la causa es una embolia o estenosis arterial, puede observarse un flujo turbulento o un gradiente de presión alto.
La evaluación del riñón contralateral también es muy importante, esto se debe a que es posible encontrar asimetría en la perfusión entre los dos: el riñón afectado tendrá menos señal vascular que el riñón sano.
En conclusión, la ecografía renal es muy útil como examen inicial, pero tiene baja sensibilidad para diagnosticar el infarto renal agudo. El Doppler color puede aportar más información sobre la situación de perfusión, pero para confirmar el diagnóstico y evaluar la extensión de la lesión es necesario pasar a otras pruebas más sensibles como la tomografía computarizada con medio de contraste.
A pesar de ello, la ecografía renal sigue siendo una herramienta muy importante en la evaluación inicial.